Análisis del
Libro de Jueces
Autor: Desconocido;
la tradición atribuye el libro a Samuel.
Tema Principal: La
historia de Israel durante los 14 jueces. Describe una serie de caídas en la
idolatría por parte del pueblo de Dios, seguidas por invasiones de la Tierra
Prometida y la opresión causada por sus enemigos.
La narración se centra alrededor de las personalidades de
los jueces que fueron levantados para ser libertadores de Israel. Se resalta
especialmente en el registro el lado oscuro del panorama.
Un estudio de las fechas parece mostrar que el pueblo
mantuvo una lealtad exterior al Señor un período de tiempo más largo que lo que
podría indicar una lectura casual del libro.
El libro
Con el nombre de jueces (hebreo, shofetim) se designa en el AT a
una serie de personajes que se esforzaron por dirigir al pueblo y mantenerlo a
salvo de la hostilidad y el dominio de sus vecinos. Estos personajes
vivieron durante el período comprendido entre la muerte de Josué y los años
inmediatamente anteriores al inicio de la monarquía de Israel (s. XIII-XI
a.C.). Más que jueces en el sentido estricto de
administradores de la justicia, eran héroes que de modo ocasional guiaron a las
tribus israelitas en su lucha por permanecer en los territorios conquistados
(2.16).
De hecho, la raíz verbal de donde procede el sustantivo
hebreo traducido por juez encierra también los significados de guía, dirección y gobierno.
Y es muy probable que la idea de gobernar sea la original, y que de ella se
haya derivado la de juzgar, dado que la judicatura es una responsabilidad
inherente al gobernante o al aparato de gobierno.
El libro de Jueces (=Jue) narra algunas de las acciones
de guerra en las que aquellos héroes acaudillaron a una o más de las tribus de
Israel. En situaciones difíciles, cuando enemigos externos hicieron peligrar la
supervivencia del pueblo en Canaán, «Jehová levantó un libertador a los hijos
de Israel y los libró» (3.9). Aunque el carácter militar de estos jueces es evidente, el libro pone de relieve
que todos ellos actuaron como instrumentos del Señor, suscitados y movidos por
su Espíritu para llevar a cabo una misión especial, en un preciso momento y por
un tiempo limitado. En las hazañas que realizaron se reveló siempre el poder de
Dios, que, pese a las frecuentes actitudes reprobables de los israelitas, nunca
dejó de cuidarlos con solicitud paternal y de sostenerlos para que no
sucumbieran víctimas de sus vicisitudes.
En la descripción de estos personajes no existe un patrón
común de identificación. Así, Débora se distingue como una profetisa que, al
pie de una palmera, gobierna al pueblo y atiende a quienes solicitan su
mediación en casos de litigio (4.4–5); Gedeón es un campesino de humilde
extracción social (6.11); Jefté, hijo de una prostituta, capitaneó, al parecer,
una banda de malhechores (11.1,3); y Sansón, el joven celebrado por su
excepcional fortaleza física (16.3), no sabe resistirse a los encantos de una
mujer filistea (16.17).
Contenido del libro
La historia de los jueces se reduce en el libro a una serie de
narraciones episódicas e inconexas. Y el tratamiento que reciben los
protagonistas es muy desigual, pues mientras que a unos pocos se les dedican
varios capítulos (Débora, Gedeón, Jefté, Sansón y Micaía), de otros solo se
menciona el nombre, acompañado, si acaso, de una brevísima noticia personal
(Otoniel, Aod, Samgar, Tola, Jair, Ibzán, Elón y Abdón).
Se ha observado, en cambio, que los episodios registrados
en Jueces se ajustan a un cierto modelo
redaccional, en virtud del cual nos es dado percibir una especie de visión
global de la época de referencia. Dicho modelo, generalmente definido como
«esquema de cuatro tiempos», es como sigue:
Primer tiempo: Fidelidad del pueblo. Bajo
el caudillaje de un juez que gobierna o dirige, el pueblo se mantiene fiel al
Señor y vive un período de paz y de prosperidad (3.11,30; 5.31; 8.28).
Segundo tiempo: Infidelidad del pueblo. A la
muerte del juez sobreviene una etapa en que los israelitas vuelven «a hacer lo
malo ante los ojos de Johová» (4.1; 13.1), se apartan del Señor y van «tras
otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores»
(2.12–13; 3.7; 10.6).
Tercer tiempo: Enojo de Dios. La
infidelidad de Israel provoca la ira del Señor, que los entrega en manos de sus
enemigos (2.14,20–21; 3.8; 4.2; 10.7).
Cuarto tiempo: Arrepentimiento de Israel. Sometidos
a la opresión de sus vecinos, los israelitas lamentan haber sido infieles al
Señor. Arrepentidos, suplican su auxilio (3.9,15; 4.3; 6.6), Israel recupera la
libertad y vive tranquilo durante cuarenta
años (3.11; 5.31; 8.28; por
excepción, en 3.30 se lee ochenta
años, que equivale a dos veces cuarenta
años). Al cabo de ese período en que "reposa" el país, comienza
el ciclo de nuevo.
Esquema del contenido
1. Introducción general al período de los jueces
(1.1–3.6)
a. Los israelitas se establecen en Cannaán (1.1–2.5)
b. Síntesis histórica del período de los jueces (2.6–3.6)
2. Los jueces de Israel (3.7–16.31)
a. De Otoniel a Samagar (3.7–31)
b. Débora, la profetisa (4.1–5.31)
c. Gedeón y Abimelec (6.1–9.57)
d. Tola y Jair (10.1–5)
e. Jefté (10.6–12.7)
f. De Ibzán a Absón (12.8–15)
g. Sansón (13.1–16.31)
3. Apéndices (17–21)
a. El sacerdote Micaía y los danitas (17.1–18.31)
b. El levita y su concubina. La guerra contra los
benjaminitas (19.1–21.25)
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