Análisis del Libro del Profeta Sofonías.
Autor: Fue
evidentemente un descendiente directo del rey Ezequías.
Fecha: Profetizó durante el reinado de Josías, rey de Judá; se
cree que pronunció su profecía cerca de los comienzos del reinado de Josías,
antes del avivamiento religioso que se extendió sobre el reino en ese período.
La tradición dice que Sofonías estaba asociado con Hulda la profetisa y con
Jeremías en la iniciación de la reforma del reino.
Tema
Principal: Los escrutadores juicios de Dios.
Texto Clave: 1:12
" »Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a
Jerusalén con linterna y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el
vino asentado, los cuales dicen en su corazón:"Jehová ni hará bien ni hará
mal"."
El profeta y
su medio
El título de este escrito (1.1) incorpora los nombres de
los ascendientes de Sofonías hasta su tatarabuelo Ezequías, en el que algunos
creen ver al rey de Judá a quien se refiere 2 R 18.1–20.21 (cf. 2 Cr
29.1–32.33; Is 36.1–39.8). Y ciertamente el nombre es el mismo, y el tiempo en
que vivió el antepasado del profeta parece corresponder también al del gobierno
de aquel monarca (721–693 a.C.); sin embargo, tales coincidencias no bastan
para llegar a la conclusión de que se trata de la misma persona.
El dato biográfico transmitido por el libro de Sofonías
es que el profeta desarrolló su actividad durante el reinado de Josías sobre
Judá (640–609 a.C.). Fue en aquella época cuando se recuperaron las antiguas
tradiciones del pueblo y cuando se puso freno al grave deterioro que la
religiosidad judía había sufrido durante los reinados de Manasés y de Amón (2 R
21–25); y fue también entonces cuando, habiéndose descubierto en el 622 a.C. el
libro de la Ley, Josías emprendió la reforma del culto de Jerusalén (2 R
22.3–23.25; 2 Cr 34.8–35.19).
Probablemente, a Sofonías le tocó jugar un importante
papel en el proceso del rearme moral y espiritual de Judá; pero dado que su
proclama encaja más bien en una época de depravación y en una sociedad dominada
por el paganismo, y además, dado que no contiene la menor alusión a las
reformas de Josías, es fácil suponer que la actividad del profeta corresponde a
un tiempo algo anterior a la puesta en marcha de la obra realizada por el rey,
quizás a los años 630 a 625 a.C.
El libro y
su mensaje
El mensaje profético de Sofonías (=Sf) comienza con el
anuncio de un desastre de dimensiones universales. Jehová afirma que, a causa
de los pecados de Judá, va a destruir «todas las cosas de sobre la faz de la
tierra», lo mismo a seres humanos que a bestias. Solo se salvarán —«quizá»— los
«humildes de la tierra» y los que de veras buscan actuar con justicia
(1.2–2.3). En una segunda sección (2.4–3.8), el oráculo del profeta se proyecta
más directamente sobre los enemigos de Judá. El juicio de Dios alcanzará a las
naciones paganas, desde los filisteos habitantes de las costas mediterráneas
hasta los asirios de la Mesopotamia. En tercer lugar (3.9–20), la voz de
Sofonías proclama un mensaje de esperanza dirigido al pequeño resto, al «resto
de Israel» (v. 13), al «pueblo humilde y pobre» (v.12) que habrá sobrevivido a
la catástrofe. A este le anuncia el profeta «pureza de labios» para invocar el
nombre de Jehová (v. 9), y liberación definitiva de toda cautividad (v. 19).
El tema central del mensaje de Sofonías es el anunciado
«día grande de Jehová» (1.7, 10,14), tema que ya había despertado el interés de
otros profetas (cf. Am 5.18–20). Sofonías lo describe con sombrías pinceladas:
«Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de
asolamiento, día de tiniebla» (1.15). En él habrá clamor, castigo y saqueo, y
en él gritarán los valientes (1.8–13). Pero también ese día terrible pondrá fin
al dominio de la maldad sobre la tierra y a la indiferencia de quienes piensan
que Dios permanece ajeno al drama de la existencia humana (1.12).
Esquema del
contenido:
1. El día de la ira de Jehová (1.1–18)
2. Juicios contra las naciones vecinas (2.1–15)
3. El pecado de Jerusalén y su redención (3.1–20)
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